Escargots de Bourgogne (Caracoles de Borgoña): datos curiosos sobre el plato nacional francés

Plato de Caracoles de Borgoña

Los caracoles de Borgoña, plato nacional de Francia, son una delicia culinaria que se saborea desde hace siglos. Este manjar, elaborado con caracoles de tierra cocidos en mantequilla con ajo, perejil y vino blanco, se asocia a menudo con el lujo y la sofisticación.

Nuestro equipo de Remitly ha creado esta guía para que conozcas la rica historia de este plato y su método de preparación.

Te invitamos a que hagas parte de nuestra serie que celebra la cocina culinaria de pueblos de todo el mundo.

Ingredientes y modo de preparación

El ingrediente principal de los Escargots de Bourgogne son los caracoles Helix pomatia. Se suelen utilizar por su gran tamaño y su abundante contenido en carne. Los caracoles se limpian a fondo y se cocinan en court-bouillon, un sabroso caldo a base de verduras y hierbas.

Después de la cocción, se saca la carne del caracol de la concha y se mezcla con mantequilla, ajo, perejil, sal y pimienta, una mezcla conocida como «beurre d’escargot». La carne sazonada se vuelve a meter en la concha y se cubre con más «beurre d’escargot». Por último, se hornea hasta que se dora.

Receta de Caracoles de Borgoña

Esta receta te guiará en el proceso de preparación de los Escargots de Bourgogne en casa. Es un plato sencillo, pero elegante, que puede impresionar a tus invitados con sus sabores y presentación únicos.

Ingredientes

  • 24 caracoles de Borgoña (Helix pomatia)
  • 1 taza de mantequilla sin sal, blanda
  • 5 dientes de ajo, picados
  • 1 manojo pequeño de perejil fresco, finamente picado
  • Sal y pimienta negra molida al gusto
  • 1/4 taza de vino blanco seco
  • Baguette en rodajas para servir

Instrucciones

  1. Precalienta el horno a 190°C (375°F).
  2. En una taza, combina la mantequilla blanda, el ajo picado, el perejil picado, la sal y la pimienta.
  3. Escurre bien los caracoles.
  4. Coloca cada caracol en una concha o en una fuente para caracoles.
  5. Rellena cada concha o compartimento de la fuente con la mezcla de mantequilla hasta que cubra completamente el caracol.
  6. Rocía vino blanco sobre las conchas o compartimentos de la fuente rellenos.
  7. Cocina en el horno precalentado durante unos 10 minutos o hasta que la mantequilla esté burbujeante y ligeramente dorada.
  8. Sirve caliente con rebanadas de baguette como acompañamiento.

El papel de los caracoles en la cocina francesa

Los caracoles ocupan un lugar destacado en la cocina francesa, sobre todo en la región de Borgoña, de donde es originario este plato. A menudo se sirven como aperitivo en los restaurantes franceses, tanto dentro como fuera de Francia.

El plato es apreciado por su perfil de sabor único. El sabor terroso de los caracoles combinado con la rica mantequilla con ajo crea un paladar complejo pero equilibrado.

Es un testimonio de la filosofía culinaria francesa de transformar ingredientes sencillos en platos extraordinarios.

Variaciones regionales del plato

Aunque los Caracoles de Borgoña son muy conocidos, existen variaciones regionales en toda Francia. En Provenza, por ejemplo, los caracoles suelen prepararse con tomates y hierbas de Provenza, una mezcla de hierbas secas típica del sur de Francia.

En Alsacia, otra región del este de Francia, los escargots pueden cocinarse con vino Riesling en lugar de Borgoña blanco. Estas diferencias regionales ponen de manifiesto la diversidad y adaptabilidad de la cocina francesa.

Sugerencias de maridaje para los Escargots de Bourgogne

Cuando se trata de maridar los Escargots de Bourgogne con vino, a menudo se prefiere el Chablis o cualquier otro vino blanco seco de Borgoña. La acidez crujiente y las notas minerales de estos vinos complementan la riqueza del plato sin opacar sus delicados sabores.

Para los que prefieren el vino tinto, el Pinot Noir de Borgoña también puede ser una excelente elección. Su cuerpo ligero y alta acidez equilibran la riqueza mantecosa de los escargots, mientras que sus matices terrosos recuerdan a los de los propios caracoles.

Ocasiones populares para servir caracoles

Los escargots de Borgoña suelen servirse en ocasiones especiales o en cenas formales debido a su lujosa reputación. Sin embargo, no es raro encontrar este plato en los menús del día a día en toda Francia, especialmente en Borgoña, donde se considera una especialidad local.

Particularmente durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, los escargots se vuelven aún más populares, ya que se consideran alimentos festivos que añaden un toque de elegancia a cualquier comida.

Explorando otros platos icónicos franceses

Los escargots de Borgoña son sólo un ejemplo del rico patrimonio culinario de Francia. Otros platos emblemáticos son el Coq au Vin, un plato de pollo cocinado con vino, tocino, setas y ajo; la Bouillabaisse, un guiso de pescado tradicional de la Provenza; y la Ratatouille, un guiso de verduras de Niza.

Cada plato cuenta una historia sobre la historia, la cultura y los ingredientes locales de su región, lo que convierte a la cocina francesa no sólo en un viaje gastronómico, sino también en una exploración del corazón de Francia.

Más sobre la cocina francesa

La cocina francesa es conocida en todo el mundo por su calidad y diversidad. Cada región de Francia tiene sus propias tradiciones culinarias, influenciadas por los ingredientes locales y las influencias históricas.

Especialidades regionales

En Normandía, los platos de marisco son populares debido a su situación costera, mientras que Alsacia es conocida por su cocina de influencia alemana, como el chucrut y las carnes a la cerveza.

El sur de Francia presume de sabores mediterráneos con platos como la bullabesa de Provenza y el pisto de Niza.

Las regiones centrales como Lyon son reconocidas como centros gastronómicos donde se celebran las técnicas tradicionales de la cocina francesa en platos como el Coq au Vin y las Quenelles.

La importancia de los ingredientes frescos

La frescura de los ingredientes es muy valorada en la cocina francesa. Los mercados de toda Francia están repletos de productos locales, quesos artesanales, marisco fresco y carnes de calidad. Estos ingredientes forman la base de los platos franceses, contribuyendo a la profundidad de su sabor y a su calidad general.

El arte de comer

Comer se considera un arte en Francia. Las comidas suelen consistir en varios platos que se degustan durante varias horas. Este aprecio por la comida va más allá de comer: se trata de saborear cada bocado, disfrutar de la buena compañía y celebrar la vida a través de la comida.

En conclusión, la cocina francesa ofrece un rico tapiz de sabores, técnicas y tradiciones que la convierten en una de las culturas culinarias más veneradas del mundo. Tanto si degusta los Escargots de Bourgogne como si explora otras especialidades regionales, seguro que encuentra algo que deleite su paladar.

La cocina francesa es una de las culturas culinarias más veneradas del mundo.

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